Por Juan Pablo Machuca - Goku
Need For Speed, es una saga de videojuegos que se encuentra
en la cúspide del género automovilístico. Trono que comparte con el realista
simulador Gran Turismo y el increíblemente detallado Forza. Muchos conocemos
más juegos en esta lista y desde ya, los puedes comentar al final de la nota,
quedas invitado de antemano.
Impresionantes avances sobre todo en el motor gráfico
encontramos en la última entrega llamada a secas “Need For Speed”, donde un
mundo abierto a las carreras siempre es una buena opción, estilos ya mostrados
en “Most Wanted 1 y 2”, “Underground”, mezclado con una personalización de
coches extensísima que deleita a los ojos de cualquier fan de los autos. Junto
a carreras callejeras a toda hora y en cualquier lugar mezcla también algo de
lo que fue el mítico Need For Speed World, para plataforma de PC.
Portada del último Need For Speed lanzado el 2016.
Pero sin duda el título que me pone la piel de gallina en
muchos aspectos es Need For Speed “The Run”, un juego de hace 6 años; para ser
exactos lanzado el 15 de noviembre de 2011 y que probaba por primera vez el
motor gráfico Frostbite 2.0 para un acabado increíble no sólo de autos, sino
también de hermosos paisajes y detalles increíbles que dan una nueva
experiencia en el género.
Desarrollado por EA Black Box en conjunto a Firebrand Games
nos trae una historia bastante simple, llana, corta y hasta podríamos decir
carente de originalidad alguna. Nos ponemos en la piel de un chico que al
parecer es un buen piloto y una despampanante pelirroja nos contacta para una
gran carrera clandestina desde San Francisco hasta Nueva York. Deberás correr
contra nada menos que 100 competidores, a los cuáles debes dejar atrás en una
inmensa travesía de muchos kilómetros y en infinidad de paisajes.
Pelirroja ofrece dinero arriesgando tu vida. Sospechosa
la...
Dentro de esta gran carrera nos perseguirá la policía, y
otros pilotos querrán hacernos caer mediante ataques a nuestro coche. Aparte,
podemos cambiar nuestro coche de vez en cuando en algunas interacciones de
comandos que forman parte del desarrollo de la “precaria” historia o pasando
rápidamente por alguna estación de servicio “Shell” –pedazo de publicidad ¿eh?
– donde podremos escoger entre una reducida variedad de coches, al menos en las
primeras ocasiones.
Un Porsche haciendo una parada en un Servicentro Shell.
Sin duda algo emocionante de este juego distribuido por
Electronic Arts y Sega, es cuando la policía te ataca para detenerte con todo
lo que tiene. Y cuando digo todo, ¡¡es absolutamente todo!!. Así es como en una
montaña nevada, un helicóptero se encarga de bombardear el lugar y la única
forma de pasar este peligro es pisar el acelerador a fondo –hasta dejar tu dedo
resentido–, nitro a más no poder y sobrevivir a una avalancha de nieve y rocas
que obviamente no te dejarán vivo si te alcanzan.
Y es que esto tan simple y en un concepto de historia tan
burdo, se convierte en el objetivo del juego, del título y de la saga. No sólo
para ganar, sino para sobrevivir, necesitas de velocidad: ¡¡Need For Speed!!
Más claro imposible.
La emoción de cada prueba está muy bien ambientada. En
ciertas etapas debes recuperar tiempo corriendo a toda velocidad; en otras,
debes rebasar a 10 rivales rápidamente y ya las últimas etapas, competir contra
pilotos experimentados y violentos que harán trucos sucios para dejarte atrás.
Y sin duda lo que me eriza más la piel, es la banda sonora notable que le da
emoción a tus carreras, como si de la escena clímax de “Máxima Velocidad” se
tratase –si viste la película, sabrás a qué ambientación musical me refiero–.
Un toque bastante necesario y que actualmente es reemplazado por electrónicas y
DJ’s que no son malos, de hecho son buenísimos, pero que no le dan ese toque de
frenesí que un juego de esta estirpe necesita.
Como guinda del pastel, al terminar el modo historia, tienes
muchísimas pruebas extras, donde puedes desbloquear nuevos coches, pistas y que
dan ese alivio de que aún hay más cosas por desbloquear.
Aston Martin cruzando un atajo en un detallado paisaje.
Teniendo en cuenta la ambientación, motor gráfico, música,
emoción y lo más importante: necesidad de velocidad; hace mucho tiempo que no
los veía en ningún Need For Speed, ni siquiera en el último que salió el pasado
2016. Por otro lado, un modo historia breve, sin tanto fundamento o historia
emocionante, poca variedad de coches y marcas le dan el punto bajo, sobre todo
comparado al último título. Pero si lo que quieres es velocidad y emoción, sin
duda “Need For Speed: The Run” es mi carta predilecta.
¿Has jugado este título? ¿Cuál es tu juego favorito de
carreras?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario